Paulatinamente los meses más fríos han comenzado a hacer su aparición. Esto significa la llegada de lluvia, nieve y niebla, algo que repercute directamente en el estado de las carreteras y en el modo de conducción que debemos emplear. Pese a ser un conductor experimentado, nunca está de más recordar una serie de consejos para conducir tu camión bajo los efectos del mal tiempo:
- Precaución con el asfalto mojado. Las lluvias provocan la pérdida de adherencia de los neumáticos por lo que aumentar la distancia de seguridad y reducir la velocidad será lo idóneo. Si la intensidad de la lluvia es elevada, encender las luces e incluso las antiniebla si lo hace de manera considerable, es lo recomendable para mejorar la visibilidad. Incrementar estas recomendaciones en caso de niebla y nieve, situaciones en las que aparece la disminución de visibilidad, es un factor clave a tener en cuenta.
- Cuidado con las primeras gotas. Con la llegada de las primeras gotas lo hace también el peligro, ya que éstas se mezclan con los materiales y sustancias que impregnan la superficie ocasionando una película altamente resbaladiza. Multiplicar por dos la distancia de frenado nos aportará seguridad.
- Anticipación. No bajar la guardia en ningún momento, especialmente cuando las condiciones climatológicas no acompañan. Observa el entorno con atención, fijando la mirada lo más lejos posible para aumentar el campo de visión y que ésto nos permita “ver sin mirar”, algo propio de la visión periférica. Además, aconsejamos conocer el pronóstico que se espera para nuestro itinerario.
- Prepara tu cabina. Conducir con total comodidad influye más de lo que pensamos. Mantener una temperatura entre 20 y 22º dentro de la cabina es lo ideal, tanto en verano como en invierno. Una temperatura superior podrá ocasionar somnolencia y fatiga, reduciendo la capacidad de reacción.